Archive for November, 2008

MALTRATO INFANTIL

November 16, 2008

bacon09Un niño de 17 meses es torturado hasta la muerte  por sus padres y un segundo hombre que vive con ellos. El caso estaba denunciado en los servicios sociales de Haringey, un distrito al norte de Londres. El niño había necesitado asistencia médica por lesiones e intervención de los trabajadores sociales en 60 ocasiones en el plazo de ocho meses, pero la directora de los servicios sociales, Gillie Christou, no consideró oportuno separar al niño de los padres. Dos días antes del fallecimiento la pediatra que atiende al niño no se da cuenta que éste tiene la espalda y varias costillas rotas. El niño fue visto por última vez por los servicios sociales el 30 de Junio del 2008, cuatro días antes de su fallecimiento, quienes continuaron permitiendo y favoreciendo que viviese con los maltratadores. El informe forense revela que el cuerpo del niño tenía la columna rota, ocho costillas rotas, pérdida de uñas en las manos y en los pies, 50 lesiones por todo el cuerpo, 15 de ellas en la boca, con pérdida de piezas dentarias, que incluso había ingerido. La primera semana de  este mes de Noviembre el juez Stephen Kramer libera a los padres de cargos penales.

En el año 2000, una niña de ocho años, Victoria  Climbié, bajo la tutela de estos mismos servicios sociales, coordinados por la misma directora es igualmente torturada pos sus padres hasta causarle la muerte. Lord Laming inicia entonces una reforma legal y el actual defensor del menor Beverly Hughes dice ocho años después que está trabajando para implantar esa reforma; como mínimo, cabe entonces preguntarle qué han hecho entonces en estos ocho años.

La directora responsable de estos dos niños que estaban bajo custodia estatal,  Gillie Christou,  y  quien recomendó que los niños permanecieran con los padres, cuya  tortura  extrema terminó con la muerte de los dos niños, continúa en la actualidad ejerciendo el mismo cargo y no ha recibido ningún tipo de amonestación. La pediatra que no descubrió al explorar al bebe, dos días antes de su fallecimiento, que éste tenía la columna vertebral rota, con evidente resultado de parálisis y ocho costillas también rotas, continúa trabajando igualmente en el distrito de Haringey.

Y ahora, después de conocer este caso y llorar la terrible muerte de este pequeño a quien nadie amó en vida y sólo conoció el más absoluto dolor,  llega el tiempo de preguntar y  denunciar las responsabilidades que la justicia británica no quiere admitir:

¿Qué tipo de formación tiene una directora de servicios sociales que frente a un caso tan dramático como éste, que es además repetición de otro caso anterior en su mismo centro, sigue pensando que un niño siempre está mejor con sus padres biológicos aunque estos lo torturen? ¿cómo puede decir esta señora que ella no sabía qué estaba ocurriendo, a pesar de conocer que el niño necesitó asistencia médica por lesiones en 60 ocasiones y afirmar como directora que la habilidad de la madre para mentir la confundió?  ¿cómo es posible que un juez declare inocente a los partícipes de tal atrocidad? ¿cómo permite el gobierno británico que el defensor del menor diga ocho años después de aprobada una reforma legal por el caso de la niña Victoria Climbié, también asesinada y torturada durante años por sus padres e igualmente tutelada por la señora Gillie Christou, que están empezando a implantar dichas reformas? ¿qué clase de atención médica tienen los ciudadanos de este distrito londinense cuando una pediatra con años de ejercicio es incapaz de ver que un bebe de 17 meses tiene la columna destrozada y está lleno de lesiones por todo el cuerpo?.

Denuncio con la máxima contundencia que siempre ha de tenerse frente a la tortura  la complicidad de las autoridades británicas, quienes permiten que los responsables al más alto nivel de cuidar a los niños maltratados por sus padres participen en este horror con su silencio, indiferencia,  falta de formación y malas prácticas médicas, psicológicas y judiciales.

Si se leyese un poco más a Freud, en vez de prohibirlo a fuerza de malas traducciones como ocurre en la publicación inglesa o  de muchas opiniones y poca lectura de sus artículos como sucede en las Universidades de Psicología españolas se podría escuchar que el ser humano no es ,como planteaba Rousseau , bueno por naturaleza sino que en él conviven tendencias de todas las clases y cuando el goce no se civiliza puede  incluso satisfacerse con el sadismo más espeluznante, como el ejercido sobre este bebé por padres, trabajadores sociales, médicos, psicólogos, políticos y jueces.

Una media de 47 niños menores de cinco años mueren al año de esta forma en gran Bretaña,  país donde el psicoanálisis sigue siendo aún algo inexistente. Cuánto horror.

NIÑOS CON DIFICULTADES ESCOLARES

November 16, 2008

sl372324Uno de los primeros pasos que el niño da en su entrada al mundo es el inicio de su vida escolar. Este cambio suele estar favorecido cuando en épocas anteriores tuvo ocasión de acudir a la guardería, si bien esta decisión causa en ocasiones gran zozobra en los padres que tienen la sensación de abandonar al niño.

Cuando la madre no tolera la angustia de no ver a su hijo durante unas horas y piensa que lo más adecuado para edades tan tempranas es que el niño pase la mayor parte del tiempo a su lado, con este exceso de mimo dificulta en realidad el crecimiento del pequeño.

Lo más laborioso para todo sujeto en la aventura de construirse como humano es separarse de sus progenitores. Algo que en realidad nunca se consigue del todo porque en lo inconsciente la relación con aquella madre cuyo amor nos parecía sólo destinado a nosotros, se mantiene.

En la escuela la relación con los compañeros y con el profesor tiene como antecedente la vida en la familia, que es donde se producen las primeras relaciones afectivas. La presencia del padre viene a traer la ley, a desvelar ante los ojos atónitos del niño que él no es el único amor de la madre. Esta desilusión necesaria engendra sentimientos de hostilidad hacia la figura paterna, que pueden desplazarse a los maestros cuya función es también poner límites al egoísmo.

Aprender a estar entre otros es lo que permite la cultura, que sin embargo siempre genera un malestar en el sujeto, al tener que renunciar a la satisfacción directa de sus instintos. La curiosidad infantil nace impulsada en gran medida por el interés que despierta en ellos conocer de dónde vienen los niños. Esta pregunta que a veces genera una inquietud en el adulto debería responderse con naturalidad, adaptándonos al desarrollo del niño. Mentir o contestar con evasivas sólo contribuye a aumentar su incertidumbre, avivando aún más su ansiedad.

A veces los padres tienen, sin ser conscientes, una actitud muy represiva con respecto a su propia sexualidad y este miedo hacia lo sexual se transmite al hijo, quien al quedar interrumpido en su investigación sexual, se muestra también temeroso en sus posteriores aprendizajes. Analizar la relación en la pareja produce resultados muy beneficiosos para los hijos.

En general es todavía casi un tabú hablar de la sexualidad infantil y en consecuencia se reprimen con excesiva severidad algunos comportamientos de los niños, que se consideran viciosos. La educación viene a poner límites al erotismo del sujeto a enseñarle que no puede por ejemplo mostrar su cuerpo desnudo en cualquier lugar, como gustan de hacer los niños con aquellas personas que les son queridas pero estas prohibiciones que necesariamente la civilización impone, tienen que realizarse  sin excesos porque  si se reprime con severidad las manifestaciones sexuales en la infancia, la vida sexual adulta puede estar dominada por el sentimiento de culpa.

Muchas de las preguntas que los niños hacen cuando se les prohibe algo y los padres se esfuerzan por contestar con los más elaborados razonamientos,  pueden ser contestadas con un simple “porque no se puede hacer”. Los límites ayudan a crecer y educan para la vida social donde no todo está permitido.

Cuando los niños no pueden sublimar su instinto sexual y dirigir esta energía, de momento ineficaz para la reproducción debido a la falta de madurez biológica a otras actividades como la lectura, se producen detenciones en el aprendizaje y dificultades en el colegio.

 

 

LA RELACIÓN CON EL DINERO

November 16, 2008

sl373237Una de las relaciones más complejas y al mismo tiempo más determinante de la vida que uno disfruta es la relación con el dinero. En la sociedad actual asentada en el sistema capitalista de producción, el tiempo de trabajo se transforma en dinero y con el dinero, que es un equivalente general, se puede comprar entre otras mercancías tiempo libre. El dinero no sólo permite la consecución de cualquier proyecto sino que un proyecto sin dinero es puro delirio. Tendemos a pensar el dinero dentro de la dialéctica del tener o no tener cuando la propia idiosincrasia del concepto hace que sólo pueda ser en circulación. Decimos de él que es bueno o es malo y lo cierto es que hay quien con el dinero compra salud o educación y quien por el contrario sólo invierte en aquello que le enferma. El brillo del dinero parece estar entonces no tanto  en qué se gana sino en qué se paga.

Se nace dentro de una estructura socio-económica y a un montón de frases familiares que ya desde el nacimiento con la elección de un nombre van tallando nuestro imaginario. La manera de pensar el dinero que cada uno tiene está marcada por la ideología familiar y su producción tendrá la amplitud de sus prejuicios. Si la frase que comanda nuestras transacciones económicas es “pobre pero honrado”, es muy difícil que concluyamos con éxito cualquier movimiento que implique grandes sumas de dinero. La economía de todo individuo esta tocada por las estructuras económicas familiares que pulsan desde lo inconsciente. Cambiar de clase social implica poder alejarse de nuestra propia ideología, que es en realidad una cuestión educacional impuesta desde la familia y los modelos estatales.

Estamos habituados a escuchar que el dinero es un problema cuando no se tiene y deja de serlo cuando se tiene. Sin embargo, el dinero pensado más allá de una utilidad que satisface lo primordial de nuestras necesidades, puede proporcionar más de un incómodo cuestionamiento.

Es frecuente ver en la clínica cómo una entrada mayor de dinero puede develar conflictos familiares que antes no existían. La explicación más común cuando no se consigue algo en la realidad que el sujeto dice querer es la falta de dinero. Cualquiera puede escuchar o encontrarse diciendo que es por no tener dinero que no se compra un coche, o no aprende inglés, e incluso somos capaces de negarnos una salud mental adecuada, que evidentemente nos haría ganar más dinero, alegando problemas económicos.

El dinero nunca se tiene sino que como toda construcción humana se produce. Si cada vez que busco trabajo sólo encuentro puestos mal pagados que no me permiten vivir en la casa que digo querer o hacer los viajes que digo querer, conviene poner en cuestión ese deseo, porque cuando el sujeto psíquico dice que no puede, en realidad es que no quiere. Y esta verdad humana es algo que el narcisismo del sujeto no tolera bien. Preferimos pensar que es la mala suerte o que los otros no nos ayudan,  a reconocer nuestro propio deseo y admitir que si no consigo el dinero para lo que digo querer, algo en mi no está muy a favor de ese proyecto. En todo sujeto hay tendencias de todas clases y también pulsiones sádicas, es por eso que uno puede desear, por muy inverosímil que nos parezca, la pobreza.

No es fácil cambiar de clase social porque no es fácil renunciar a la ideología familiar ni evitar cierto sentimiento de culpabilidad ante el abandono que implica la superación de la economía paterna. El sujeto nunca renuncia con gusto a aquellos lugares que tiene rodeados por su libido y las frases familiares nos acompañan más allá de la infancia. Seguir pensando la vida con el dinero de los padres, esa será la única pobreza.

LA DEPRESIÓN, UNA ENFERMEDAD QUE SE DISFRAZA

November 16, 2008

sl372752La depresión es uno de los trastornos que más incidencia tiene en la sociedad actual, más del 70% de la población padece algún proceso depresivo y sin embargo no siempre es reconocido como tal. Preferimos pensar, en vez de sumar, que lo que nos pasa es sólo de carácter orgánico, y de esta manera es frecuente encontrarse con pacientes que llevan años de médico en médico sin hallar una solución a las permanentes cefaleas que padecen o al vértigo que generalmente se atribuye ,de manera equivocada muchas veces, a problemas cervicales. La depresión puede llegar a ser una enfermedad tremendamente mutiladora, que en los casos más graves cursa con suicidio.

Detrás de la aparición de un cáncer hay a menudo un historial depresivo; el enfermo ha sufrido durante años una depresión no tratada, que acaba por producir una enfermedad orgánica. El fracaso escolar es también en muchas ocasiones la expresión de una depresión latente, que coarta la actividad laboral y afectiva del joven. El tratamiento farmacológico como única vía de abordaje resulta ineficaz y es necesario que la medicación, en algunos casos de gran utilidad, se combine con una terapia adecuada.

El duelo que aparece en toda situación de cambio, o ante la pérdida de un ser amado o de un proyecto importante para el sujeto es un sentimiento de aflicción normal, que no debe entorpecerse y que con el tiempo remite. Sin embargo a veces ocurre que frente a esta misma pérdida  la persona cae en la melancolía.

La salud psíquica tiene que ver con la capacidad de sustitución. El duelo termina cuando se es capaz de sustituir al objeto amado por otro,  pero en la melancolía es precisamente esto lo que no puede el sujeto.

El ser humano nunca retira gustoso ninguna de las posiciones de su libido. Cuando el examen de la realidad muestra que el objeto amado no existe ya y demanda que la libido abandone sus ligaduras con el mismo, surge en el sujeto una natural oposición

Lo usual es que el respeto a la realidad obtenga su victoria pero su mandato no puede ser llevado a cabo sin un gasto psíquico considerable, que sume a la persona durante un tiempo en la tristeza y alejamiento del mundo, continuando mientras tanto la existencia psíquica del objeto perdido. En el duelo el sujeto siempre sabe qué es lo que ha perdido y una vez concluido este periodo necesario para elaborar la pérdida, se puede reincorporar a su actividad diaria.

En la melancolía, por el contrario, el sujeto desconoce qué es lo que ha perdido. La melancolía siempre se relaciona con una pérdida de objeto sustraída a la conciencia, diferenciándose así del duelo en el cual nada de lo que respecta a la pérdida es inconsciente. Si preguntamos al deprimido porqué está triste, sus repuestas serán vagas, o esgrimirá razones que a cualquier otra persona le parecerán insuficientes para tanto dolor.

Otro rasgo que diferencia un duelo normal de un proceso melancólico es que mientras en el primero lo que aparece como gris y falto de interés es el mundo exterior en donde ya no se halla el objeto amado, en la melancolía es el propio yo el que ofrece estos rasgos a la consideración del paciente, que se describe a sí mismo con los más descarnados reproches En esta falta exagerada de amor propio que muestra el sujeto melancólico se encuentra uno de los pilares del cuadro patológico.

Los reproches que el enfermo se dirige a sì mismo, y que resultan tan faltos de toda lógica a quienes le rodean, corresponden a otra persona amada  y han sido vueltos contra el propio yo. Así la mujer que compadece a su marido por haberse casado con alguien tan inútil como ella, recrimina en realidad al marido su inutilidad. En la melancolía se produce una identificación con el objeto perdido, de tal forma que lo que hasta entonces era un conflicto entre la persona amada y yo se transforma en un conflicto entre el yo y la parte modificada por identificación

¿Es la infertilidad siempre algo orgánico?

November 16, 2008

2006-04-09_04Al hablar de infertilidad es fácil pensar de inmediato en una imposición del cuerpo, una especie de sentencia que lo somático nos impone sin que nosotros podamos hacer nada para modificar esta situación, salvo lamentarnos de los caprichos que tiene la naturaleza. No obstante, las estadísticas muestran que tan sólo un 10 % de los casos de esterilidad se deben a alteraciones corporales como malformaciones en los órganos reproductores.

Tener un hijo no es siempre un deseo de la pareja sino que en ocasiones se debe más a un interés de la familia de procedencia. Las hijas suelen ser más receptivas a este deseo de sus padres por tener un nieto, e incluso a veces sucede que  algunas mujeres  después de dar a luz  rompen toda relación con el marido, no dejándole participar en los cuidados del bebe, negándose a compartir una vida marital con él  y haciendo que los abuelos se ocupen de la crianza del pequeño; es como si hubieran engendrado un hijo para dárselo a sus progenitores y una vez conseguido ese fin perdiesen todo interés en el hombre. Esto no es algo que tenga lugar de manera consciente; en el aparato psíquico suceden en paralelo procesos de carácter consciente y procesos inconscientes, que sólo se conocen por la marca que dejan en la realidad. Ella misma desconoce qué motiva eso que le está ocurriendo y al mismo tiempo sabe, pero es un saber inconsciente que ha de ser interpretado en análisis.

La infertilidad puede ser también una producción del alma. No hay recetas mágicas que sirvan para todas las parejas que dicen desear un hijo y sin embargo, no lo consiguen. Cada caso es diferente y cada uno tiene que hacer el trabajo que implica tanto el cambio como la permanencia en lo mismo, porque para vivir siempre la misma situación es necesario también un trabajo. La vida humana es una construcción posible pero habrá que realizarla. No hay realidad dada, no existe deseo previo sino que desear es hacer.

La conciencia es un órgano de percepción y como tal ilusorio; veo que la tierra es plana y está quieta , mis ojos, mis pies todo lo que mis sentidos me dictan me conduce a pensarlo y por el contrario sabemos gracias a la física que es prácticamente redonda y gira. Lo que la conciencia nos muestra tiene siempre un carácter fallido. Decir que uno desea un hijo es de momento un hablar que puede significar no sólo el nacimiento de un bebé sino concebir un proyecto, que permita también a otros heredar  sus resultados, por ejemplo escribir un libro.  

No es posible acercarse a ninguna producción si uno está preocupado por los resultados. Un escritor que se sienta frente al teclado pensando en la gente que va a leer su novela es incapaz de trazar una línea. Si la pareja está excesivamente pendiente de quedarse en estado se borra el goce de las relaciones sexuales, que pasan a ser vividas como una prueba, algo fatigoso y frustrante. Es necesario que haya una cierta relajación, un cierto olvido.

Todas las relaciones afectivas, entre hermanos, padres e hijos, amigos etc…, dejan un poso de agresividad por las negativas y límites que el trato con los otros exige. Esta hostilidad inconsciente puede manifestarse en un rechazo encubierto a la otra persona. Así a veces sucede que la mujer tiene alergia al semen del marido y el contacto sexual le produce escozor e irritación en la zona vaginal. La tolerancia con respecto a los propios afectos siempre permite una vida diferente a la marcada por los síntomas. El amor y el odio forman una unidad indisoluble que está presente desde las más tempranas relaciones. La posibilidad de un hijo en común puede ser sentida igualmente desde la negativa a darle algo al otro,  sin que el sujeto sea consciente. Nada es más trabajoso para el humano que hacerse sujeto de su propio deseo. Preferimos someternos a la tiranía del cuerpo y sin embargo, las cosas del alma, que tienen al cuerpo como escenario, se resuelven en análisis con el más delicado instrumento, la palabra.

DORMIR CON MAMÁ

November 15, 2008

matis05Cuando se habla de sexualidad suele equipararse este término con genitalidad y esto nos lleva a pensar que los niños carecen de sexualidad pues no conocen aún el coito. Sin embargo,  la realidad nos ofrece manifestaciones diarias de cómo en la infancia se juega la actividad sexual, que después de un primer florecimiento entre los dos y los cinco años, pasa por una periodo de reposo para brotar de nuevo con fuerza en la pubertad.

Durante esa fase intermedia, que en psicoanálisis se conoce con el nombre de etapa de latencia, se alzan los diques de la repugnancia, el pudor y la compasión.

A la ausencia de estas barreras en épocas más tempranas se debe la sorprendente facilidad con la que los niños más pequeños se desnudan o son capaces de introducirse en la boca cualquier objeto que a los ojos de un adulto se presenta como algo poco apetecible.

En torno a los dos años, muchos niños presentan episodios de miedos nocturnos que sólo se calman cuando los padres acceden a que duerman en su cama esa noche.

El primer objeto exterior que caracteriza la vida sexual infantil son los padres. El niño tiene que aprender a renunciar a ese primer objeto de amor para ingresar en el mundo. En el juego del Edipo se gana cuando se pierde ese primer amor que es la madre, amor que el niño a veces declara de manera tan abierta como “mamá, cuando sea mayor me casaré contigo”.

La masturbación infantil que suele aparecer en la primera infancia y aun con más vigor en la pubertad se corresponde con una descarga de la excitación proveniente de este complejo afectivo con las figuras parentales.

La situación anatómica de las zonas genitales, el contacto con las secreciones y los lavados y frotamientos de la higiene corporal hacen inevitable que la sensación de placer, que pueda emanar de esta parte del cuerpo, se haga notable para los niños ya en su más temprana infancia y despierte en ellos el deseo de repetición.

La constitución de la sexualidad human pasa por la renuncia, que nunca es aceptada del todo, a esa madre mítica que sacia cualquier demanda y frente a la cual el padre aparece como un competidor. La ambivalencia afectiva que caracteriza toda relación humana es el centro de los conflictos que el niño atraviesa en los primeros años. El padre es al mismo tiempo objeto de su amor y el objeto de su rivalidad por la madre. Los terrores nocturnos que acontecen en los niños a partir de los dos años son una expresión de esta batalla afectiva. La excitación sexual del niño es transformada en angustia cuando no logra satisfacerla, como sucede en el adulto. Un instinto sexual devenido prematuramente o un excesivo mimo puede manifestarse en la proliferación de escenas de pánico al llegar el momento de acostar al niño o apagar la luz. 

La sustitución de las figuras paternas por otros objetos sexuales es siempre una tarea inacabada para el hombre. La sexualidad humana está, a diferencia de la sexualidad animal, reglada por la ley de interdicción del incesto donde  aceptar que no se puede dormir con mamá permite dormir con cualquier otra mujer. Por eso que cuando uno dice querer encontrar pareja pero no ser capaz es porque ya la tiene.

La sexualidad humana es la palabra, es decir, se juega en el plano simbólico y está en lo que uno dice. La genitalidad por el contrario es algo de la especie que necesita del mecanismo de la reproducción para perpetuarse.

LUDOPATÍA, LA HISTORIA DE UN AMOR

November 15, 2008

sl373619Jugar es una actividad de gran importancia en el desarrollo infantil, que cuando se encuentra inhibida señala algún escollo en el crecimiento. Así se suele decir, de manera muy acertada, que todo niño que no juega es un niño triste. El ser humano, que nunca abandona del todo aquellos lugares donde posó su libido prolonga la actividad lúdica infantil en la fantasía. El adulto sustituye el juego por la fantasía, tan necesaria para las creaciones artísticas como para la construcción de un pensamiento científico, ya que a cualquier producción nueva,  sólo es posible acercarse en un principio imaginándola.

Jugar y fantasear son actividades constitutivas del sujeto, sin embargo mientras hay quien en su fantasear tiene en cuenta la realidad y pinta un lienzo, la naturaleza humana puede también retirar todo su interés del mundo exterior y recluirse en la fantasía, como ocurre en los trastornos neuróticos. Los mismos mecanismos que sirven para escribir un poema intervienen en la producción de un síntoma.

Casi todos hemos jugado alguna vez a la lotería o algún otro juego de azar e incluso hay quien ha ganado mucho dinero con esta práctica. Para algunas personas, sin embargo, los juegos de azar se convierten en un camino de ruina y destrucción, en el que van dejando su familia, el trabajo, las amistades, el dinero …..El ludópata no juega para ganar sino para perder. El juego no termina para él hasta que ha perdido.

El primer amor de todo el mundo es la madre. Tanto el niño como la niña toman como primer objeto amoroso a la madre, que es percibida desde la indefensión inicial del bebé como omnipotente, capaz de subvertir cualquier necesidad. Al amor de esta madre mítica, que jamás existió, el ser humano nunca renuncia del todo. Más tarde con la llegada de un tercero, que como sabemos es el deseo de la madre por otra cosa que no sea su bebe, el niño siempre atento a la mirada de la madre , que ahora desvía su atención hacia otro lugar que no es él, descubre el mundo. Aquel amor, que se vivió como único y exclusivo sufre la decepción de ver que hay otros, que su madre no sólo lo desea a él. Es por medio de una decepción amorosa que ingresamos en el mundo. Cuando el niño le quita a la madre esa grandiosidad que él mismo le atribuyó, se transforma en un ser normal, es decir, mortal. Y su falta de inmortalidad viene a develar la propia muerte del sujeto, que para seguir gozando de la relación con esa madre mítica, que en psicoanálisis llamamos madre fálica, la reprime y la hace inconsciente.
La pérdida nos constituye como sujetos psíquicos y toda pérdida implica siempre una ganancia. El niño se ve obligado por la prohibición de lo social a renunciar al padre o la madre como objetos de amor y a cambio gana el mundo, en ese aceptar con papá no puedo acceder a todos los otros hombres. En la ludopatía el sujeto pierde su vida familiar, el trabajo, las relaciones, lo entrega todo ¿y qué gana? los brazos de aquella madre mítica, en los que todos caemos cada vez que nos sentimos decepcionados por la realidad. El juego se transforma en el único lugar donde siente que esa angustia que experimenta en todas las demás situaciones se calma. El ser humano siempre se mueve por un paso en falta, esto es, sólo después sabremos y es necesario aprender a tolerar cierta cuota de angustia, que es constitutiva del psiquismo humano para poder con algún proyecto. Ante lo nuevo siempre hay angustia y sumarse a lo nuevo es aprender a ganar, si bien la diferencia es algo que el sujeto no acepta de buen grado, pues ésta siempre remite a las diferencias sexuales, que le recuerdan al hombre su procedencia mortal.

La realidad material no es algo dado, aunque resulte más fácil poner en ella las causas de nuestras zozobras, sino que está determinada por cómo pensamos, por cómo nos posicionamos frente a esa primera pérdida  El tratamiento de la ludopatía requiere una escucha de los procesos inconscientes, que permita leer a quién y para qué entrega el sujeto toda su vida.

EL LABERINTO DE LA NEUROSIS OBSESIVA

November 15, 2008

sl3721331Neurosis obsesiva es el nombre que recibe una entidad clínica a la par que una estructura psíquica, es decir, los mecanismos que generan la neurosis obsesiva como patología actúan también en el hombre sano; de tal forma que una diferencia entre ambas situaciones estará en relación con la cantidad. Determinados rasgos de personalidad muy frecuentes en personas con esta patología como el orden, la tenacidad o el ahorro,que todos reconocemos posibles virtudes en la vida cotidiana, pueden verse acentuados y entonces la tendencia al ahorro se convierte en avaricia, la tenacidad en terquedad y el orden en manía.

El cuadro clínico de la neurosis obsesiva incluye un entramado de ideas y actos obsesivos que dificultan enormemente el quehacer diario del paciente, si bien suelen acontecer durante mucho tiempo en la esfera de sus actividades solitarias y en consecuencia sus síntomas permanecen ocultos en público. Como sucede con las fobias, en toda obsesión aparecen dos elementos, una idea que se le impone al enfermo y un estado emotivo asociado. En el caso de las fobias este estado emotivo asociado es siempre la angustia, sin embargo en las obsesiones éste puede ser igualmente la duda, el remordimiento o la cólera. El mecanismo psíquico del desplazamiento, predominante en la estructura obsesiva,  permite que este sentimiento de remordimiento, duda o cólera se deslice desde su idea original a una representación sustitutiva, así  por ejemplo el paciente puede sentir remordimientos asociados a diferentes ideas, en ocasiones tan lejanas e inciertas como pensar que él tuvo alguna relación con las tragedias que aparecen hoy en la prensa. Conviene enfatizar que el afecto asociado a estas ideas sustitutivas es un afecto real, aunque la representación elegida no lo sea. El aspecto enigmático que manifiestan los ceremoniales obsesivos se debe precisamente a este mecanismo del desplazamiento.

Es también común en este trastorno la insistencia de pensamientos relacionados con la muerte y la duración de la vida propia o de otras personas. Este hecho ligado al papel que juega la indecisión, a través de la duda permanente, posiciona al obsesivo en un compás de espera frente a su deseo, de tal forma que son incapaces de cualquier resolución, sobre todo, en lo concerniente a sus relaciones amorosas. Es como si cualquier actividad estuviese marcada por la posible muerte de uno mismo o de sus seres amados. La asociación de la muerte con el amor habla del par amor-odio, pasiones que suelen, de forma equivocada, considerarse excluyentes al pensar el amor como algo carente de tendencias agresivas. Esta concepción del amor obvia que toda relación amorosa entraña también sentimientos hostiles al mismo tiempo que tiernos. El paciente con neurosis obsesiva vive esta ambivalencia afectiva en la tiranía del plano imaginario, no ha accedido aún al amor simbólico en el terreno de la palabra, de la acción. Su pensamiento está erotizado y cree que su amor puede dañar a los otros y viceversa que los otros con su amor le pueden dañar, por eso suele padecer un terrible temor a ser contagiado, en especial por enfermedades de transmisión sexual como el SIDA.

El amor y el odio nunca acontecen solos. Algunas rupturas sentimentales sirven de ilustrativo ejemplo y esta ambivalencia afectiva también se manifiesta con claridad en actos obsesivos como mover un objeto por temor a que algo terrible suceda a alguien querido si no se hace, pero luego volver a colocarlo en el mismo sitio para volver a dudar y moverlo de nuevo.

La terapia psicoanalítica permite un cambio de posición frente a la verdad del sujeto; una escucha donde la persona en análisis puede construir con la mismas piedras un camino en la vida, en lugar de los muros para una prisión.

Ángela Gallego (Psicóloga-Psicoanalista)

DISCUSIONES FAMILIARES

November 15, 2008

sl370661El conflicto es inherente a las relaciones humanas donde siempre existe ambivalencia. La persona amada es al mismo tiempo blanco de los impulsos más hostiles.

El niño siente un profundo amor a la par que una gran rivalidad por su padre quien viene a interrumpir la relación de unicidad con la madre. Esta ambivalencia afectiva comandará todas las relaciones amorosas, y dependiendo de cómo el sujeto se maneje con esta simultaneidad del amor-odio,  podrá construir más o menos relaciones sociales.

 Tolerar la presencia de otros es algo que al ser humano le cuesta porque con la llegada de otros semejantes se introduce la diferencia y se muestra la propia finitud del sujeto.

Muchas de las discusiones familiares que se suceden con más frecuencia en navidades, época de reuniones,  tienen relación con la nombrada presencia de sentimientos hostiles que es intrínseca a las relaciones amorosas y no siempre es reconocida por el sujeto. Tener en cuenta la ambivalencia de todo proceso afectivo civiliza, en tanto el hombre siempre padece de aquello que no reconoce.

El proceso de identificación, que es conocido en psicoanálisis como la manifestación más temprana de enlace afectivo, es otro concepto clave en la comprensión del rechazo o aceptación de los otros.  Bajo este proceso se genera una corriente afectiva que determina el curso evolutivo de las relaciones en cualquier ámbito: familiares, personales y laborales. Siempre que me pongo frente a alguien, ese alguien funciona como un espejo, de manera que solamente si somos capaces de reconocernos en ese espejo establecemos relación con esa persona.

Por lo tanto la pelea o la aceptación del mundo no deja de ser más que una manifestación, un desplazamiento de lo que nosotros aceptamos o rechazamos de nosotros mismos. En realidad toda discusión o enfrentamiento habla de algo que el propio sujeto no tolera en él .

Cualquier relación entre personas es intersubjetiva, es decir, está sujeta a la subjetividad individual donde cada uno percibe la realidad de acuerdo a su ideología. Sólo la existencia de pactos permite ponerse en relación con los otros.

En el ser humano habitan todo tipo de tendencias que no siempre son bien toleradas por el sujeto y prefiere permanecer ciego a su presencia. Esta intolerancia para con los propios afectos desencadena un análogo sentimiento de repulsa cuando esos mismos afectos se reconocen en los demás. Tanto lo que aceptamos como lo que rechazamos en los otros, no deja de ser algo que aceptamos o rechazamos en nosotros mismos.

Para establecer una relación es necesario que nos identifiquemos con algún rasgo del otro. Cuando alguien no nos sirve de espejo ni lo recordamos.

En virtud de procesos imaginarios el ser humano atribuye constantemente conductas a los demás; achacando a los otros afectos y formas de actuar, que muchas veces no son reales. Los sentidos nos engañan, quiere decir que preferimos engañarnos a nosotros mismos con tal de llevar razón. Me presentan a alguien y sin saber porqué me cae mal.

Podemos decir que si una persona nos cae mal, es por algo que vemos de nosotros reflejado en ella, pero nada hay más difícil para el humano que reconocer sus propios defectos y prefiere desplazarlos a otras personas. Por esta circunstancia, nuestra vida y nuestro oído siempre están a nuestro favor; vemos y oímos lo que nos interesa.

La aceptación de los otros pasa por la previa aceptación de uno mismo. Si uno es incapaz de reconocerse como un ser vivo complejo en el que no sólo anidan deseos de bondad sino también tendencias celosas, envidias, impulsos agresivos, no podrá tampoco tolerar su existencia en otros.

LA VIDA SEXUAL HUMANA

November 15, 2008

sl372826Cuando hablamos de sexualidad es habitual reducir su definición a la genitalidad y sin embargo, el concepto de sexual en el humano abarca muchas otras actividades.

El instinto sexual  no viene dado al nacer sino que se construye, es decir, es como todo en el sujeto una producción. El primer placer que se experimenta es con la boca, y esta zona se mantiene como zona erógena también en la vida adulta; actos como besar, fumar, hablar…., satisfacen este placer oral, que surge en un principio apoyado en la ingesta de alimentos. Cualquier parte del cuerpo es susceptible de experimentar placer pero la boca, la mucosa anal y los genitales son más proclives. Cada una de estas zonas ocupa  un papel dominante en la búsqueda de placer desde la más tierna infancia. Los síntomas en la edad adulta son en realidad una regresión o estancamiento de la energía sexual a etapas anteriores de su desarrollo. Cuando órganos diferentes a los genitales asumen la función sexual de forma insistente y única, surge la enfermedad. Así en los casos de bulimia o anorexia, la boca y en general todo el tracto digestivo pasa a ser, como en la época de lactancia, la principal zona de placer.

La sexualidad en el humano tiene como característica muy particular el hecho de tener un arranque bifásico, es decir, no comienza sólo en la pubertad sino que se inicia con evidentes manifestaciones poco después del nacimiento, si bien la sexualidad infantil, y recordemos que ésta no es sólo patrimonio de la infancia, se caracteriza por ser autoerótica, encontrando satisfacción en un órgano del propio cuerpo, por ejemplo la succión del pulgar. A este primer despertar le sucede una etapa de latencia para resurgir de nuevo en la adolescencia una nueva acentuación del instinto sexual, esta vez organizado en torno a la primacía de los órganos genitales y al servicio de la función reproductora.

El instinto sexual es algo compuesto que puede descomponerse en diferentes instintos parciales. Al gusto por las sensaciones que proporciona la boca como una de las más tempranas zónas erógenas, se suma la actividad de la zona anal. Jugar con los excrementos es algo lúdico para los niños, que gustan además de manchar a quienes les son más gratos. El paso a la humanización impone al sujeto abandonar esta búsqueda inmediata de satisfacción y el niño encuentra una primera renuncia a sus  impulsos instintivos, al tener que verificar el acto de excreción en el orinal. El pequeño comienza a darse cuenta de la existencia de un mundo exterior, hostil a sus impulsos, aprendiendo  a diferenciar su propia persona de aquellas que le rodean y a desarrollar la primera represión de sus posibilidades de placer.

En la infancia la sexualidad es ciertamente autoerótica, no obstante existe ya una primera elección de objeto en la figura de la madre. En el caso de la niñas este proceso se complejiza aún más porque deben pasar de la madre al padre como objeto erótico. Este amor infantil está destinado al fracaso y es una desilusión necesaria, cuya resolución condiciona la posterior vida sexual en la edad adulta. En la pubertad se produce una intensificación de estos amores infantiles al tiempo que se instaura su renuncia. La actitud rebelde que los adolescentes muestran con respecto a sus progenitores guarda relación con esta  nueva activación de las tendencias incestuosas,  que ha de concluir precisamente en un rechazo a los antiguos objetos infantiles como elección erótica . El amor por los padres tiene su fuerza en esta coerción de impulsos sexuales, que por la influencia de la sociedad quedan inhibidos en su fin y transformados en ternura.

Los instintos sexuales tienen una gran plasticidad y son muy versátiles en sus fines, de forma que una satisfacción puede ser sustituida por otra.  La angustia es en muchas ocasiones una expresión directa de la libido reprimida.